Crónicas de Anarinorië

El tiempo ha pasado como un río calmo pero persistente por nuestras tierras, y las cenas y fiestas se llenan ahora de historias. Historias de personajes, de canciones, de aventuras, batallas y viajes. Historias de éxitos y derrotas, de leyendas, verdades y mentiras, y quién sabe qué otra hierba. Pero tanto nos ha dejado el tiempo que queremos compartirlo para que nuestro legado siga en boca de todos, y sirva de ejemplo -bueno o malo- para quienes nos lean.

Estas son las Crónicas de Anarinorië, de las tierras de los Anorrim al sur del Gwathló, iniciando en la Segunda Edad del Sol. Aunque para algunos empieza antes.

La Fundación del Smial

Corría el año 2002 de nuestra línea temporal, en las no-tan-sureñas tierras de Viña del Mar, cuando quien sería conocido como Belsar -uno de nuestros fundadores- estaba iniciando sus estudios universitarios en tierras lejos de las suyas. Había ya leído “El Hobbit” y la trilogía de “El Señor de los Anillos” el año anterior, y tenía a flor de piel las aventuras de Bilbo, Frodo y Gandalf, y de la lucha contra Sauron. Por cosas del destino conoció a mucha gente con esos gustos, más porque estaban en pleno las películas de The Lord of the Rings de Peter Jackson, que marcaron una nueva etapa en el cine de fantasía medieval y en la gente de -al menos- nuestro largirucho país.

Fue con una de esas personas que decidió escribir, presa del fanatismo y el encanto que provocaba la Tierra Media, una continuación no oficial a “El Señor de los Anillos“. Estuvieron en eso un par de meses hasta que esta otra persona, una amiga de Santiago, le comenta que escuchó en la Radio Carolina de allá que una agrupación nacional de fanáticos -o similar- de la saga de Tolkien estaba buscando a dos chilenos que estaban escribiendo este atrevido cuarto libro de la original trilogía.

Destino o no, Belsar y su amiga estuvieron como locos intentando contactar con esta gente, a pesar del temor que sentían de que los buscaran por plagio o algo similar, pero no fue posible ubicarles. No dejaron ningún contacto en la radio, y por ende estos novatos intentos de escritores se rindieron.

Después de varios meses, Belsar había regresado a sus tierras a continuar sus estudios, y esta amiga con quien estuvieron escribiendo dicho relato -cuentan las historias que su nombre era Angélica, pero debido a que perdieron contacto no hay cómo obtener más información- le llama por teléfono y le dice que se consiguió el contacto de un tipo de una agrupación en Viña del Mar con un nombre extraño. Belsar, decidido, le llama y le pide una explicación de su agrupación y de qué se trata. Es ahí cuando le explican qué es la Sociedad Tolkien Chilena, de qué se trata, y que puede crear un smial en su ciudad.

Con esta información a mano se dedicó a buscar gente que quisiera unirse a esta noble causa, y encontró a los otros dos fundadores: Erebwen y Thalionaranion, que eran compañeros de curso en el colegio, y que terminaron eligiendo a Belsar como el primer Thain de Anarinorië después de una reñida votación democrática, un 20 de octubre del 2002.

Datos Curiosos, ¿Sabías Que…?

  • Anarinorië significa “Tierra del Sol” o “País del Sol”
  • Anarinorië está mal escrito, y debería ser Anarinórë
  • Inicialmente, nuestro Smial Anarinorië se llamaba de una forma totalmente distinta, en tiempos que no conocíamos palabras en élfico: Helkawathion, “Sombra de Hielo”. Cuando nos dimos cuenta lo cambiamos inmediatamente
  • Anarinorië es el tercer smial activo más antiguo de la STC (Sociedad Tolkien Chilena)
  • Junto a la celebración de nuestro aniversario cada octubre, escogemos a una nueva directiva para el nuevo periodo